En el territorio de la Península Ibérica en el período de los siglos XI-XII, es decir, en torno a la época en que vivió el famoso El Cid (en realidad: Rodrigo Díaz de Vivat), existieron varias monarquías cristianas, entre ellas los reinos de León, Castilla y Aragón. Estos estados, estando en una alianza, pero a menudo también por su cuenta, llevaron a cabo una reconquista (Esp. reconquista), es decir, reflejaron las tierras de la Península Ibérica de manos musulmanas. En los siglos XI-XII, fue principalmente una lucha contra el estado creado por la dinastía bereber de los almorávides. La infantería jugó un papel importante en los ejércitos cristianos de reconquista. Debido a la gran movilidad del enemigo, los arqueros y honderos jugaron un papel importante en esta infantería, y con el tiempo también los ballesteros. Un elemento importante fue también la infantería armada pesada, armada con, por ejemplo, espadas y lanzas, cotas de malla, cascos de hierro y escudos que se asemejan a los escudos normandos de los siglos X-XI. Cabe añadir que en el caso de las tropas castellanas, el ejército que partía en una expedición contra los musulmanes se dividía a menudo en dos partes: la azaga, que construía y defendía el campamento fortificado, y la algara, que realizaba operaciones ofensivas. La infantería estaba compuesta principalmente por azagi. Aunque la batalla más famosa de la época de la Reconquista es la Batalla de Las Navales de Tolosa en 1212, que terminó con la victoria de los cristianos, hay que recordar que los ejércitos aragonés y castellano no siempre salieron victoriosos, por ejemplo, las batallas que perdieron. puede servir como ejemplo. en Zalac± (1086) o en Fraga (nominativo: Fraga) desde 1134.