En la década de 1920 y, especialmente, en la de 1930, el Ejército Rojo experimentó un rápido desarrollo en términos de aumento de sus puestos, así como una creciente saturación con armas técnicas, principalmente armas blindadas. Al mismo tiempo, sin embargo, a diferencia, por ejemplo, del ejército alemán, otorgó un papel importante a las acciones de francotiradores y francotiradores. Se hicieron intentos para desarrollar armas, la doctrina de su uso y tácticas. Durante la Segunda Guerra Mundial, los francotiradores y rifles de francotirador soviéticos (en el Ejército Rojo, las mujeres también podían recibir capacitación especializada) resultaron ser un oponente difícil para los alemanes. Se supone que en el período 1941-1945 unas 430.000 personas (incluidos los guerrilleros) recibieron entrenamiento especial de tiro en el Ejército Rojo, y alrededor de 9.500 recibieron entrenamiento especializado adicional. Los francotiradores soviéticos tenían como objetivo eliminar a los suboficiales y, especialmente, a los oficiales del ejército alemán. Usaron varios tipos de armas pequeñas, pero la más común fue el rifle Mosin de 7,62 mm con equipo óptico o el rifle semiautomático SVT-40, también con un visor especial. Vale la pena agregar que durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Rojo tuvo muchos grandes francotiradores y francotiradores, incluidos Vasily Zaitsev, Ivan Sidorenko, Ludmila Pawliczenko y Tatiana Baramzinova.